jueves, abril 07, 2011
El tren verde de Bagdad:
Mi fascinación por los trenes está asociada a una historia personal. Mi bisabuelo Enrique trabajaba en la línea ferroviaria que cubría la ruta de Lima a Ancón. Cuando iba creciendo, escuchaba con suma atención relatos inconexos sobre el bisabuelo y su experiencia en el tren. Siempre esperaba más, pero solo podía contentarme con aislados relatos orales porque tanto el servicio del tren como sus diarios habían desaparecido. Sin embargo, la estación del tren de Ancón sigue aún en pie, testimonio de una época, y por muchos años ha mantenido una vida propia, sobre todo como escenario de eventos; siendo sede del otrora famoso festival musical que consagrara a Joe Danova con su tema "Guarda esa rosa, mi amor". El tren de transporte público en el Perú no necesitó una guerra por "la democracia" como la de Irak para ser virtualmente destruido; más bien fue la idea del progreso que venía incorporada al autobús que trajo abajo el servicio. Los remanentes que quedaron se privatizaron y se puede decir que actualmente el servicio escuálido de tren en el Perú es uno de los más caros del mundo, es más de turismo que de transporte masivo. Leemos en las noticias de muertes todos los días en las carreteras del Perú por accidentes de autobuses, eso no habría sucedido si se hubiera fortalecido y modernizado el servicio del tren. Claro que no es un servicio perfecto, el error humano es posible, hay accidentes, pero no en la magnitud que generan los buses en el Perú a lo que hay que añadir los asaltos de delincuentes y el peligro de conducir en la ¿difícil? geografía nacional.
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