jueves, enero 12, 2006

Simplemente Orgánica Vainilla



He descubierto la cura para el insomnio,
simplemente te aplicas unas gotitas de vainilla en los montes de tus parpados
y empezaras a soñar de nuevo, la vainilla propaga el calor dulce y amargo
por las manos y los pies, como alas de mariposa o el salto de un gato al amanecer,

Es el último día de noviembre,
los niños juegan a los piratas del caribe en el patio de la escuela,
esperando la venida del reino de lo cielos, que tiene nombre, pan con mantequilla,
desde mi ventana cuento los días, no falta mucho,
a saber por el vuelo desencantado de las aves que se niegan
a cumplir con su jornada migratoria,
el vuelo de las aves se ha detenido exactamente en el espejismo de
mi ventana Magritte, que me cuesta tanto trabajo atravesar,
he de aprender los usos y costumbres de mi gato kamisake,
encerrado usualmente en la cocina azul,
por precaución de que lo envenenara el mundo
que se origina más alla de la ventana
y en el comienzo de los techos aledaños,
pero ya es muy tarde para todo eso,

Hoy es el día, el timbre de la puerta suena con insistencia,
debe ser el ángel de la guarda con su espada en llamas,
tengo mucho que explicarle,
pero él solo viene a ajustar cuentas conmigo,
le he robado el secreto que contienen unas gotas de vainilla,
y eso es algo que los ángeles no perdonan,
como fieles guardianes de los arcanos mayores.

Fue más fácil de lo que pensaba, el ángel es un plumífero cadáver bajo mis zapatillas,
¿y su espada?, su espada ahora me pertenece,
le he avivado más su fuego con un poco de alcohol,
pues como ángel nuevo debo causar una gran impresión,
ahora solo me falta atravesar la ventana por su mismo centro,
pero eso lo dejaré para después,
ahora tiempo y vainilla para los parpados es lo que me sobra.

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