miércoles, abril 19, 2006

La noche que redescubrí el apagón en el Barrio Fino+ Daddy Yankee/Lo que paso, paso



Podría regresar caminando, serían solo treinta minutos hasta la casa. Mi casa, al otro lado del río Charles… Cambridgeport… Caminaría a través del BU Bridge, el Skyline de la ciudad fragmentándose en ondas luminosas sobre mi cuerpo en movimiento. Ya no hay nadie trabajando en las oficinas del distrito financiero, sin embargo las luces siguen encendidas y en Octubre para época de Play Off, las luces de los edificios alimentan el entusiasmo por el equipo local… Se lee en el Prudencial como en un aviso de neón… GO SOX…

Sólo cruzaría el puente para escuchar el llamado de los gansos en la oscuridad. Pero esta vez estoy muy cansada. Me duelen los pies. Decido tomar el tren. Intento encender un cigarrillo y fumar haciendo tiempo hasta que llegue el trolley, pero el trolley ya está aquí. Guardo el cigarrillo y el encendedor en los bolsillos de mi chaqueta negra. Prendo el I-pod,

Dale Papi, que estoy suelta como gavete, que se alisten que estoy lista como gaveta, yo soy su gato, ella es mi gata en celo…

No me acostumbro a viajar sentada en sentido contrario a la ruta del tren es como si la ciudad no existiera, como si todas esas calles, tuneles, tiendas, personas apuradas nacieran de mis espaldas… Pero ni modo son los únicos asientos disponibles. Imaginaré que regreso a casa soñando de frente. Primera parada: Kenmore Square, esperan para subir cientos de aficionados de las Medias Rojas. Entre todos los que se traparon al tren, se destacaba la figura de un padre con su niño cargado sobre los hombros. Se le notaba un poco incómodo viajando de pie todo el camino con la criatura. El niño casi se chocaba contra el techo porque su padre era muy alto. Además no había mucho espacio para maniobrar porque el vagón estaba repleto. Viajar con un niño en una lata de sardines es imposible. Le ofrezco mi asiento, pero él me contesta muy cortésmente que no, gracias, que está bien…

zúmbale mambo pa' que mi gata prenda los motores… Que se preparen que lo que viene es pa’ que le den, Duro! Duro! Duro!... A ella le gusta la gasolina, como le encanta la gasolina, dame más gasolina… asesina, tú me debes algo y lo sabes…

La actitud del padre me hizo recordar que ayer domingo mientras leía El Codigo Da Vinci en el Café 1346 de Mass. Avenue, una señora con serias dificultades psicomotrices se desesperaba por encontrar un espacio donde sentarse. De la misma manera, le ofrecí el asiento libre que había en mi mesa, me respondió con la misma gentileza, no, gracias, estoy bien. Park Street, es hora de bajar y hacer el cambio de línea. La línea roja, la tercera parada es la mía, Central Square.

Dale mambo, cosas que pasan en el barrio fino, y tú fallaste, esa noche contigo la pasé bien, lo que pasó, pasó entre tú y yo, es una asesina, presea, dale presea…

Las 10:45 p.m… Starbucks ya ha cerrado y también la tienda de discos LP… Harvest Food, los precios son muy caros allí, la comida que venden es orgánica y la cola para pagar interminable con todos esos postpunks que hacen el tráfico de bienes tan lento…Son veinte dólares, ¿es miembro del Harvest Food?, sí, pase la tarjeta por el scanner, son diecinueve con noventa, muchas gracias… El barrio en tinieblas, qué raro, pienso… Abro la puerta del departamento… Todo es como en una película… quince años atrás y mi miedo a la oscuridad… Estudié taquigrafía y secretariado bilingüe, sin embargo, nunca pude escribir en ese lenguaje mercantil: Apagón… tampoco aprendí la palabra en inglés… ahora ya sé, Blackout es… Quince años atrás en la entrada de la casa de mi primo Luis en Comas… Algunas semanas me quedaba en su casa para ahorrar pasaje, Ancón estaba muy lejos… En esa época yo trabajaba en una agencia publicitaria… Signo se llamaba… Estaba por la Avenida Arequipa, llegando a Miraflores… ¿Quién ha sido ahora?... Los Sendero seguro… ¿Qué hacemos María?, nada, esperamos aquí hasta que venga mi tía, sí, yo también le tengo miedo a la oscuridad… enciendo las velas… Huelen a rosas y lilas… El olor de las flores me produce arcadas, pero es lo único que hay… Todo es cuestión de costumbres… En unos cuantos minutos… Las velas no olerán a nada y yo ya estaré dormida…

Son las 11:55 p.m… Faltan cinco pa’ las doce, el año va a terminar…

Cambio de opinión y empiezo a escribir esta historia en mi laptop, con la esperanza de que regrese la corriente y pueda revisar mi correo electrónico. Por la ventana de la cocina observo una leve luz que va perdiendo fuerza mientras más se acerca al backyard… Por la ventana inmensa la sombra de un viejo árbol… Por la ventana, Lima huele a rosas y lilas… Lima, ese viejo árbol completamente a oscuras…

Los de la otra cuadra sí tienen luz, lo mismo nos decíamos con mi primito Luis, qué envidia, ¿no?, Mañana les tocará a ellos, hoy nos tocó a nosotros. Luis se ofuscaba porque no podia ver los partidos del Mundial Italia 90… Pensar que hace quince años yo vivía en San Isidro, al frente de Sears, por el zanjón. Todavía me acuerdo de la japonesita de Todos que me cortaba el cabello, súbeme al caballito, chinita, le decía, me subía al caballito porque yo era bien engreída, mamá siempre se molestaba, no le engrías a esa niña, bien malcriada es, pero es que tiene un cabello bien lindo, lo que me gustaba más era cuando me regalaba caramelitos, mi peluquera estaba segura que yo era japonesa como ella, porque era jaladita, igual mi hermana, la hormiga atómica, mamá le insistía que no éramos. Un día para salir de dudas, papá y mamá le enseñaron sus electorales y así comprobó con tristeza que no éramos japonesas… Pero sí lo éramos… Así nos contó mi papá… A la bisabuela le habían cambiado el apellido cuando desembarcó en el Puerto del Callao, le pusieron un apellido peruano…

En San Isidro había luz de seguro le comentaba a Luis… Allí usan grupos electrógenos… ¿Y cómo era tu casa?, Grande de seguro, bonita, con su jardín y su chimenea… se hacía la idea él… Cuéntame, prima, prima, cuéntame cómo era esa época… Luchito siempre tan curioso, bueno es mi primito… de vez en cuando recibo cartas suyas… De vez en cuando también le mando su propina…

Cuando vivíamos en San Isidro todavía papá trabajaba para Mac&Erickson… Una agencia de publicidad americana… Papá ganaba en dólares y recibía tres gratificaciones, una el 4 de Julio, otra en 28 y para las Navidades… En el Día de Acción de Gracias su jefe siempre le regalaba vales para comprar champaña, pavo y panetón… El día más feliz de su vida fue cuando se sacó la polla del Jockey… Invitó a toda la familia a un chifa muy elegante por Surco… Ese día, papá se emborrachó demasiado, estaba muy contento…

Nuestra casa era bonita con unos roperos inmensos, con sus paredes bien blancas y unas ventanas grandototas donde entraba mucha luz, a mí me gustaba quedarme dormidita en el sofá de la sala, tomando mi leche y mirando un cuadro bien raro… parecía la Ultima Cena… la leche me sabía a ese cuadro tan raro… Creo que por eso me gustaba tanto la leche… Luego me enteré que la leche era de Dalí…

Mi casa tenía forma de yate… extraño mis abrigos de colores… Luis todavía no había nacido… Finalmente papá se salió del trabajo y creo su propia agencia de publicidad… Todo se vino abajo muy rápido… Y de allí de casa en casa de familiares… Manuel Cuadros en la Avenida Grau, un viejo edificio con mi tía Esperanza que en paz descanse, Garcilaso en Ancón, la casa de quincha de la bisabuela…

00:05 a.m.

En penumbras la casa se me hacía demasiado pequeña y me sofocaba… Necesito ir a al bar por un par de cervezas, ojalá que esté Josh, el barman, aunque no me gustan los morenos, él es muy gracioso y simpático, siempre me salva cuando un borracho se quiere pasar de listo…

Take it easy, dude… She is my girl… Get out of my bar, motherfucker… He is like my brother…

Me cambio de ropa, intento maquillarme decentemente, el espejo del baño sólo refleja la sombra de una cara de luna. Me persigno y salgo… En un par de horas regresará la luz, me digo, eso espero… Exit Music (For a Film)

1 comentario:

Enrique Bernales dijo...

es cierto una decision cambia muchas cosas, sin embargo es necesario decidirse y elegir, asi es la vida, saltos, tropezones, caidas, la cosa es no desanimarse, seguir para adelante, esto suena un poco facil y trillado, pero creo que resume un poco nuestro corto paso por el mundo,
saludos