lunes, abril 17, 2006

¿LII?bonus track: Trash/Suede




Aquí, nos bajamos maestro. ¿Aquí nos bajamos, Fauno?, pregunta Livia, exhibiendo la desnudez de su cuello. Sí, el día es hermoso y allí está la playa, hace tiempo que no veo el mar. El mar me llama con su canto de sirena. El mar me llama hacia su vientre. Entonces chicos, allí adelantito los dejo nomás. Gracias, don Ernesto. Qué tenga buen viaje. La apuesta había quedado atrás y la novela se la dejaron al conductor. Finalmente el fauno no se desprendió de su diario. Tome, don Julio, es lo más valioso que tenemos, gracias por todo, usted la aprovechará más que nosotros. Gracias chicos, suerte y no se asoleen tanto que es malo. De la mano el fauno macho y la ninfa hembra cruzan raudos la carretera. Se despojan de sus medias, los zapatos, corren, corren, sin temor, corren porque la arena está caliente, corren con gozo. Muy cerca de la orilla, se despojan de sus ropas y desnudos ingresan al mar, el mar les cubre hasta las rodillas. Aquí es donde todo comenzó. Aquí es donde mi padre mató a su padre. Aquí es donde yo maté a mi padre y a su gata para hacerlos míos, yo soy mi propio padre, soy el caníbal reductor de cabezas. Te amo, Livia, te amo porque no sé nada de ti, eres la gallinita con el cuello cortado, sabia en tus misterios, por eso tu amor me hace volar contra las torres más altas. Ella le sonrió, no le dijo nada, en su sonrisa desnuda, él encontró la respuesta, Fauno hasta aquí llego, voy a regresar a Lima. Tú puedes seguir mar adentro o regresar conmigo. No eres el hombre que amaba más a los delfines que a las mujeres. En cambio, amo al sol como a mí mismo. Esa mañana la playa estaba totalmente desolada. Jugaron con el agua como dos niños traviesos, lloraron como nunca, nadie les explicó lo que era el placer, nadie les ordenó disfrutarlo. Con la mente en blanco, ambos cuerpos se unieron al sol en un instante eterno, se devoraron a dentelladas, descubrieron algunos misterios de sus cuerpos, pero no todos, así era mejor.

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